lunes, 28 de marzo de 2016

Admirable debería ser polisémica

Admirable: del lat . admirabilis. 1. adj. Digno de admiración.
Admirable es la palabra que yo utilizaría para describir la relación de Paciencia con sus familiares. Admirable, de hecho, es una palabra polisémica y una de sus entradas es "calificativo que describe pobremente la actitud de cierta joven de enormes y sabios ojos con respecto a la relación con sus parientes de primer orden."... Bueno, o sería, pero a una joven filóloga como yo, la RAE no le contesta los emails de sugerencias. Qué se le va a hacer.

Paciencia es, en general, una chica cuya juventud biológica extraña a cualquiera que la haya escuchado hablar, bien en abstracto o bien de sus problemas; haciéndose ostensiblemente más increíble su edad si el tema de conversación son éstos. Es un personaje curioso que puede hablar prácticamente de cualquier cosa... Bueno, no tiene mucha idea de botánica, lo cual curiosamente le preocupa, cuando quizá debería inquietarle más no poder situar ciertos enclaves fundamentales en un atlas.
La cuestión que nos ocupa no es la asombrosa peculiaridad de Paciencia, sino su vida en casa. Paciencia tiende a recibir broncas por cosas que, a no ser que sea capaz de ignorar las leyes físicas que rigen para cuerpos de nuestro tamaño, es imposible que haya hecho ella. Por poner un ejemplo, es frecuente que se sospeche de ella cuando se rompe algo, y en una de estas ocasiones llevaba en el extranjero algo más de una semana. En mi opinión, si la justicia tuviera un homólogo del teclado predictivo de los dispositivos móviles para encontrar culpables, lo habrían diseñado los padres de Paciencia y siempre saldría el nombre de mi amiga en el autocompletar de la ficha del delito. Y las ruedas de reconocimiento serían válidas con un simple "me suena un poco" del denunciante.
Otro conflicto frecuente es que no es una persona demasiado pendiente de su teléfono móvil, lo cual es para todos, sin excepción, un tanto desquiciante. En su defensa, muchas veces las llamadas no se dignan a entrar en su móvil. Recuerdo una vez que su madre estaba a dos manzanas de distancia de ella y la vislumbró entre la multitud... Y la llamó. No, no a voces, al móvil. Y Paciencia no oyó el teléfono. Recuerdo que casi le dejan de pagar la factura por ese detalle. Ese, y el hecho de que su madre, a una distancia a considerar y estando Paciencia de espaldas, afirmó que en el preciso instante en que llamó, Paciencia miraba el teléfono; además de molestarse en describir, con un tono de voz desmedidamente afectado e innecesariamente alto para una distancia interpersonal de un metro, los motivos que la llevaron a no coger el teléfono en ese instante. Sí, lo habéis entendido bien: le explicó a Paciencia por qué Paciencia no le había cogido el teléfono. Ya, bueno, no le busquéis sentido tampoco, yo he dejado de hacerlo.
Cuestiones que merecen mención es el hecho de las constantes opiniones poco amables sobre particularidades fisonómicas de Paciencia, o recetas con pesos y medidas exactas sobre cómo debe de vivir su vida y estudiar su carrera. Ah, se me olvidaba, Paciencia estudia medicina... Pero eso, total, es una tontería, ¿no? Total, lo difícil es entrar...
Y os preguntaréis, ¿qué hace Paciencia en estos conflictos de motivos a menudo irracionales? La mayoría de las veces, intenta explicarse a sí misma, sin mucho éxito. A veces lo acompaña de algún dato objetivo, y otras se ve obligada a levantar la voz aunque, entre tanto grito y tan poca gana de escuchar, suele valerle de poco. Así que se limita a exponer sus días y a defenderse como puede. Sus métodos son, en fin, milagrosamente sutiles y poco cruentos... Si me preguntáis a mí, claro.

Creo que ahora comprendéis un poco mejor por qué la necesidad de una entrada en el diccionario dedicada a Paciencia en la palabra "admirable". Quizá no lo comprendáis muy bien porque lo he suavizado un poco, esto de conocer la lengua es lo que tiene, que las extravagancias bipolares de la gente queden veladas de relato cómico.