jueves, 21 de febrero de 2013

Lagunas gemelas

Al final de un día, siempre hay un anochecer y al comienzo siempre amanece. Porque es así como se define un día y como deja que suceda el siguiente.
Parece igual de ineludible la transición entre emociones.
El sol radiante de una sonrisa, deja paso a la noche de calma, mas se anegan los lagos de tristeza cuando la lluvia, en pena, decide pasear sobre el valle. Igual sucede con tu alegría, que pasa a enturbiarse con corrientes de agua salada.
¿Y qué vas a hacer tú, si te pueden los elementos? ¿Qué vas a hacer, si las nubes no las arrastran los vientos?
Te diré lo que harás, pequeña flor, algún día: echarás raíces en un lugar en el que el clima sea mejor, anidando mientras en tu corazón el canto de la paciente esperanza.
Y mientras, escucha, dulce clave de sol: deja que mire tus lagunas gemelas, deja que se sequen, por un futuro mejor.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Tan lejos, tan cerca

Vuelves a llegar con los ojos hinchados, pero con una sonrisa en los labios. No sé a que atender, si a lo que tratas de esconder o a lo que te esfuerzas en mostrar.
Pregunto de nuevo, como si acompañase el desayuno, si estás bien. Contestas con un sí que suena triste. No quieres que me de cuenta, pero no puedes evitarlo.
Sonrío. Mira que eres...
Pareces constantemente alerta, frunces el ceño cada vez que no estás de acuerdo en algo, pareces indignarte cuando respiro más fuerte de lo normal... Pero lo cierto es que, aunque estés a mi lado, viajas muy lejos de aquí.
Es curioso como cuando alguien está lejos, lo sentimos cerca de nosotros y cómo a veces estando ridículamente cerca, nos separa un abismo insalvable.
Es curioso como cinco minutos pueden hacer que saltes de un mundo a otro. Es raro que la vida sea como una novela del realismo mágico: ya no sé si estoy en fantasía o realidad, los decorados cambian demasiado rápido como para que logre acostumbrarme...
Y cuando me doy cuenta, solo me acompaña el aire silbando en mis oídos y el frío que me recuerda que tú no estás.