jueves, 21 de febrero de 2013

Lagunas gemelas

Al final de un día, siempre hay un anochecer y al comienzo siempre amanece. Porque es así como se define un día y como deja que suceda el siguiente.
Parece igual de ineludible la transición entre emociones.
El sol radiante de una sonrisa, deja paso a la noche de calma, mas se anegan los lagos de tristeza cuando la lluvia, en pena, decide pasear sobre el valle. Igual sucede con tu alegría, que pasa a enturbiarse con corrientes de agua salada.
¿Y qué vas a hacer tú, si te pueden los elementos? ¿Qué vas a hacer, si las nubes no las arrastran los vientos?
Te diré lo que harás, pequeña flor, algún día: echarás raíces en un lugar en el que el clima sea mejor, anidando mientras en tu corazón el canto de la paciente esperanza.
Y mientras, escucha, dulce clave de sol: deja que mire tus lagunas gemelas, deja que se sequen, por un futuro mejor.

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